martes, 28 de octubre de 2014

Quedaos en la trinchera y luego corred

John Boyne
Nube de tinta, 2013
El día del quinto cumpleaños de Alfie no es un día tan alegre como el de los años anteriores. La amenaza del inicio de la que se convertiría en la Gran Guerra Europea ha enfriado los ánimos de fiesta de familiares y amigos. El 28 de Julio de 1914 estallará una guerra que cambiará el destino de todos los habitantes del continente, empezando por el del protagonista, cuyo padre se alista voluntario ante el dolor de su esposa y el estupor de su hijo.

Cuatro años después Alfie ha aprendido a vivir rodeado por la tristeza, la desgracia y el continuo sobresalto. Vecinos muertos, exiliados, enfermos o desaparecidos, una madre ausente por la necesidad de un trabajo que les permita comer cada día, un vecino encarcelado y vilipendiado por sus seres queridos por negarse a combatir, y un padre desaparecido, enfermo o quizá muerto, del que sabe que su madre oculta información.

Pero Alfie no se rinde y una mañana de forma casual descubrirá el paradero del padre y decidirá devolverlo a casa, cueste lo que cueste.

John Boyne presenta de nuevo una trama tierna y en ocasiones sensiblera ambientada en un entorno bélico, como ya haría en su, en mi opinión, exageradamente aclamada novela El niño con el pijama de rayas. Cambiando la Segunda por la Primera Guerra Mundial, vuelve a buscar agarrar las entrañas del lector jugando con el desconocimiento de la infancia, y el desertar a la edad adulta a través del sufrimiento provocado por el horror, la enfermedad y la escasez. Su alegato antibelicista consigue aquí su objetivo centrándose más en los sentimientos del protagonista que en la realidad de la contienda pero evitando el efectismo pretencioso de su novela más conocida. MLP.

Recomendado a partir de 12 años.

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