Diego Arboleda Raul Sagospe Anaya, 2013 |
Lo primero que llama la atención al abrir este premiado libro es que el autor, despues de abrirnos el apetito con el título, se demora en adentrarnos en la historia. Opta por fijar la atención sobre ciertos detalles para, a través de ellos, conectar el presente con la época que quiere mostrar y establecer un hilo invisible que nos tranporte a 1932.
Ya situados comienza la aventura. La familia Welrush decide contratar los servicios de una institutriz francesa muy recomendada, Eugéne Chignon, para completar la educación de su hija Alice. Para ello tendrá que trasladarse en barco a Nueva York , pero antes deberá leer atentamente la carta que le envian con una serie de advertencias inapelables acerca de la obra de L. Carroll, lo que despierta en el lector una pregunta: ¿porqué estará terminantemente prohibido cualquier conexión con este autor y su obra?
Para averiguarlo, entregados ya y decididos a desvelar el misterio, nos embarcamos con Eugéne en un viaje con el que comienza una divertida historia llena de disparatadas situaciones y estrambóticos personajes.
Dichos personajes, punto fuerte de esta aventura, atrapan desde el primer momento con unas caracteristicas bien definidas que la ilustración muestra con eficacia, aportan dinamismo e interés y recuerdan el original mundo de Carroll, pero aquí Arboleda combina sabiamente la fantasia con la realidad sin que por ello se resienta la ficción.
La trama, de ritmo agil y lectura sencilla, parece estar basada en dos hechos reales. El homenaje de la Universidad de Columbia a Alice Lidell y la prohibición, en 1931, del gobernador de una provincia china de leer a Lewis Carroll, poniendo de manifiesto que la realidad es buena fuente de historias si se saben extraer.
Quizá lo de menos en esta narración es el motivo por el que prohiben a Alice leer Alicia en el Pais de las Maravillas. Lo importante es el juego que se establece, la imaginación que fomenta, las referencias literarias, el amor a la lectura y cómo consigue trasladar al lector el ensimismamiento que esta produce y, sobretodo, el irrefrenable deseo de leer otra vez la obra de Lewis Carroll. MB
Recomendado de 9 a 11 años.
Recomendado de 9 a 11 años.
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